Nuevas marcas, más tenebrosas historias de impunidad continúa sufriendo nuestra América Latina. Impunidad de los poderosos de nuestros suelos. Con asistencia, obsecuencia, y consecuencia, con participación arreglada y entramada en su terrorismo de estado. Su facial violenta, rancia e intolerante; sus estrategias y formas para dominar y someter las rebeldías y rebeliones de los de abajo.
Allí en Iguala y Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, Méjico
Sin mayores correlatos los artículos periodísticos de análisis y opinión internacional que refieren a América Latina están dedicando su trabajo a la masacre del estado de Guerrero, y a las movilizaciones que ya en todo el mundo se están produciendo. El eje es la impunidad que opera tan evidentemente con el Estado en medio de una tormenta de acusaciones, por entramar un gran arreglo con fuerzas paramilitares del narcotráfico (en este caso Guerreros Unidos), con la policía y más organismos represivos que viene cobrando muertes y desapariciones desde ya décadas.